LA FAMILIA SAGRADA
La familia sagrada es la que trabaja por los demás, la que protege y preserva los ecosistemas, merecen total respeto, no pueden ser maltratados, ni pisoteados por unas leyes que pongan en riesgo sus derechos. Detrás de cada comida, hay un azadonazo que labro el terreno para plantar la semilla que origina la vida.
Papá me dijo que se iría a vivir al campo porqué el mundo se acabaría y tocaba cuidar la tierra, que es la que nos brinda el alimento y nos mantiene vivos. Después de 13 años de abandonar la ciudad, pareciera que su presagio empieza a cumplirse. Mamá le siguió después, el caos de la capital, la enfermo. Mi hermano se rebeló ante la empresa que trabajaba y decidió empezar de cero en el campo, dice él: “todas las profesiones son importantes pero de nada sirven sin el agricultor, la verdadera sabiduría está en los campesinos”. Sin embargo, continúan los atropellos a las personas que trabajan la tierra, muchos años han pasado y sigue habiendo desplazamiento, guerras, expropiación, extractivismo. Pareciera que estamos condenados al olvido y aún ni los gobiernos, ni la población de las urbes, ve la importancia del agricultor, aunque se están empezando a formar varios movimientos de huertas urbanas, aún sigue siendo un porcentaje insignificante a la demanda que existe. El TLC nos “jodio”, recuerdo de niño, cada vez que viajaba ver pintadas las carreteras “NO AL TLC”, pareciera que todas las protestas, todos los caídos y esfuerzos no sirven de nada, le regalaron el país a las multinacionales. ¿Se ha puesto usted a ver con detenimiento si los productos que consume son nacionales? Seguramente si revisa su nevera o alacena, verá muchos productos importados.